lunes, 25 de abril de 2016

Entrevista a Balo Sánchez León: responde sobre el fútbol peruano y educación física



¿Cuál es su opinión acerca de la práctica deportiva en la edad escolar?
La educación física, deportiva, está estrechamente vinculada a la educación de las ideas y la argumentación. La clásica expresión griega “mente sana en cuerpo sano” aún mantiene su vigencia. El colegio es el soporte de todo lo que vendrá después. Lo que no se aprende temprano no se aprenderá tarde. La infancia es el momento ideal para recibir las actitudes y los conocimientos fundamentales. Una educación sin deporte siempre será una educación incierta y mutilada.
¿Durante su edad escolar, usted practicó deportes con regularidad?
Yo tuve una educación británica donde el deporte era parte inherente de la educación. En mi colegio había que estar muy enfermo o muy mal, de veras, para no hacer deporte. Todos debían participar en las carreras de fondo, por ejemplo, en la maratón. Se exigía un certificado médico, casi revisado por el notario, para no participar. Los resultados pueden ser los siguientes: tenacidad, respeto al rival y al resultado, honestidad, solidaridad.
¿Cuáles son los beneficios que usted considera le han dado los deportes en su vida?
Los que acabo de señalar, aparte de la salud. Mi vida ha tenido intensos momentos de bohemia literaria, pero no estaría como estoy si no hubiese practicado diversos deportes. El deporte descarga las malas vibras. Da tranquilidad emocional. Permite ver el mundo cotidiano de una manera más amable. Si caes, debes levantarte. Si te golpean, debes encontrar la salida. Eso te lo da el deporte. Además, evita que te engañes a ti mismo. Un deportista sabe muy bien lo que es y lo que puede hacer. Conoce las reglas del entrenamiento. Del esfuerzo. Nada es gratis. Ni nada cae del cielo. Ni los éxitos llegan solos.
¿Considera que hay una edad óptima para practicar deportes?
En la plenitud de la vida, que corresponde a la juventud tardía y a la adultez. Entre los 30 y los 60 años. Claro, la juventud es energía pura y en esa edad el deporte tiene mucho de vértigo y de obsesión. Después el deporte acompaña, ya no tanto a la educación, sino a la vida.
¿Qué deporte les recomendaría a los padres de familia que practiquen sus hijos? ¿Por qué?
Muchas veces los hijos practican el deporte de los padres, hay algo cultural y genético, quizá. Yo aconsejaría los deportes más baratos y de fácil acceso: el atletismo, la natación, y los deportes colectivos, sociales, como el fútbol y el vóley. Los deportes se dividen en dos tipos: los personales, de marca, de récord, y los de juego. Uno aprende cosas distintas según su deporte. La convivencia del fútbol no se corresponde directamente con la práctica solitaria de un atleta. Debemos separar la idea de deporte con la necesidad de tener una profesión en el fútbol o el basket rentado. No estoy en contra del deporte profesional, pero antes debe haber un amor profundo por el deporte. En algunos casos, después se puede vivir de él.

¿Cómo motivaría a los niños y adolescentes para que practiquen deporte con regularidad?
Sacarlos de la sala de la televisión, de comer maní y acompañarse de las chelas. Esa actitud es la del anti deportista: en lugar de practicarlo, se dedica a verlo en una reunión social. Es increíble que la publicidad promueva esa actitud con spots que se dirigen al hincha antes que al deportista. Pero en el Perú, lamentablemente, las familias no se entretienen haciendo deporte. O saliendo al campo. O a caminar. Quien hace deporte regularmente es visto como un joven que se pierde la chispa de la vida: la noche, el trago, la droga. El deporte es como la poesía: una actividad gratuita y, sin embargo, muy rentable.
Imagine que usted es convocado por el ministro de educación para asesorar la implementación de políticas en favor del desarrollo del deporte en las escuelas públicas, ¿qué es lo primero que recomendaría?
Expresarle la idea de que el deporte puede y debe ser practicado por todos según los diversos niveles de exigencia: hay deportistas locales, regionales, nacionales e internacionales. Que hay deportistas de barrio, del colegio, de su zona, y olímpicos, de nivel A. Hay sitio, ahora sí, para todos. Pero sin engañarse: todos saben, de primera mano, cuál es su lugar, su exigencia, su calidad y su responsabilidad. Con solo verlos caminar uno se da cuenta que los jóvenes en el Perú, los escolares, no practican deporte. En Cuba, ajustados económicamente, los escolares caminan erguidos, levantando los pies.
¿Por qué cree que se le da tanta importancia al fútbol, deporte que desde hace varias décadas no le ha dado tantos triunfos al país como otros?
El fútbol es un fenómeno de masas, un espectáculo global, un deporte juego que permite que revele la identidad de cada uno de los pueblos. Los partidos lo siguen los peruanos, los polacos, los suecos, que no van necesariamente a los mundiales. Lo lamentable es que la pichanga de barrio no es deporte. Entre nosotros, en los colegios, en los barrios populares, se juega a la pichanga, no al fútbol. El fútbol es demasiado exigente para jugarlo bien y como se debe. El hecho de que vayamos o no a un mundial resulta irrelevante para la afición. Nos contentamos con el torneo local. Ese es nuestro nivel y los dirigentes del club Sporting Cristal han tenido la valentía de decirlo abiertamente. No podemos con los clubes ecuatorianos o colombianos.
¿Qué haría para equilibrar esta situación? ¿Qué acciones podría implementar el estado para que otros deportes tengan tanto interés como el fútbol?
Nada; promover desde el IPD los otros deportes, los menos costosos, como el atletismo y el box, los más queridos, como el vóley y el fútbol, los que responden a nuestros atributos físicos como la maratón y coordinar con instituciones o clubes especializados, los deportes náuticos, incluyendo la natación. Cada quien hará el deporte que le acomode. Nadie debe hacer deporte como un sacrificio. Es un placer, una entrega, un divertimento, un juego, una competencia. A los deportistas les recomiendo leer la inagotable poesía china. Da perspectiva a la brevedad de sus marcas.
Coincidimos en que son innumerables los beneficios que el deporte le puede brindar a un escolar. Estimados lectores, si tienen hijos aún en el colegio, anímense a practicar deportes con ellos. Como bien dice Abelardo: “El deporte es como la poesía: una actividad gratuita y, sin embargo, muy rentable”.